
En un cuarto oscuro y frío
en medio de fotos y pinzas
me encontré con su boca,
me perdí en sus sauces y
me mojé en mi propio mar.
Sus brazos se deslizaban
por mi entumecida piel
mientras que mis dedos
jugueteaban con su pelo.
Las miradas se cruzaban
en medio de un rápido abrir de ojos
y el calor corporal
encendía nuestros pensamientos.
Las palabras sobraban
pues ambos cuerpos se entendían
y se fundían apasionadamente.
La dulce tentación se
convirtió en pecado
y la manzana fue mordida
una y otra vez.
Te abracé, te besé y
te deseé con todas mis fuerzas,
pero cuando decidí mirarte
sólo encontré mis sábanas blancas
con olor a frenesí.
Excelente! Definitivamente la tentaciòn es dulce y el deseo la despierta... Un beso!! Gracias por pasar.. y por supuesto que puedes linkearme...